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EDITORIAL

2018: HACIA EL CRECIMIENTO

SOSTENIBLE

POR SANDRA FORERO RAMÍREZ

2017 estuvo marcado por un crecimiento más dé-
EL bil de lo esperado, una inversión que se recuperó
de manera lenta, la confianza de los hogares fuertemente
deteriorada y la demanda debilitada en las áreas princi-
pales del país. El resultado para la construcción de edifi-
caciones es una reducción anual de 7.6% en las ventas de
vivienda nueva y una contracción de 21% en el área inicia-
da de proyectos no residenciales.
A pesar de ello, el impulso a la vivienda social y el positi-
vo efecto del programa Mi Casa Ya marcaron un hito en la
inversión en vivienda. Este segmento está creciendo 22%
en ventas con un gran dinamismo en las iniciaciones de
obra en las principales regiones del país. En el segmento
medio del mercado (135-435 smmlv), la cobertura a la tasa de interés ayudó a contener
la actividad en un nivel modesto frente a los últimos años, y que pese a ser menor que
en 2016, aportó más de 90.000 unidades al consolidado.
La expectativa para 2018 es más positiva si se tienen en cuenta factores como la ten-
dencia decreciente de la tasa de interés hipotecaria en línea con las acciones de políti-
6 ca monetaria, la recuperación de los indicadores de confianza, la continuidad de los
programas de vivienda social y del segmento medio, y los efectos de una mayor diná-
mica económica agregada. Nuestra apuesta es incrementar las ventas de vivienda en
un 9.5% y generar un 4.6% más de valor agregado frente a 2017.
Sin embargo, la proyección en el desempeño de la actividad que hemos planteado
para el año entrante debe enfrentar grandes desafíos por cuenta de la inestabilidad
jurídica que se ha venido presentando en algunas regiones, donde cada vez es más
común encontrar afectaciones directas a los proyectos de edificaciones que obedecen
a decisiones administrativas sin soporte técnico o jurídico, atentando contra la viabili-
dad de los proyectos y las apuestas de los empresarios.
Ante la ausencia de información de calidad sobre el territorio, la falta de claridad en
las decisiones de autoridades locales y ambientales, la violación directa a los derechos
adquiridos y los trámites que se convierten en cuello de botella, se crea un entramado
de subjetividad sobre el desarrollo urbano formal, en el cual los empresarios se mue-
ven con mayor incertidumbre y con el desincentivo que genera un terreno frágil para las
decisiones de inversión.
Así las cosas, en estos 60 años de historia que completa Camacol construyendo Co-
lombia, queda claro que el compromiso con la recuperación económica, la generación
de empleo y el desarrollo urbano formal debe ser integral, y la función pública en los
frentes ambientales, territoriales o administrativos debe ser fuente de fortaleza institu-
cional y articulación, y no un cúmulo de actuaciones discrecionales, subjetividad e in-
certidumbre. Así, la mirada del 2018 debe darse con base en factores objetivos que
describen un terreno favorable, pero sin olvidar la necesidad de que se adopten accio-
nes concretas en todos los niveles institucionales para salir de la subjetividad y del en-
torno de inestabilidad jurídica actual.