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EDITORIAL
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE
UNA NUEVA NORMALIDAD
POR SANDRA FORERO RAMÍREZ
PRESIDENTA EJECUTIVA DE CAMACOL
ha afectado la economía global, nacional, y también ha tenido un profundo im-
EL COVID-19 pacto en las actividades productivas a nivel local, sin ser el sector de construcción
de edificaciones una excepción.
En Colombia, el PIB del primer trimestre del año mostró un incremento de 1,1 por ciento anual, resultado muy por
debajo de lo previsto por los analistas, y la expectativa para el segundo trimestre supera las cifras en rojo de dos dígi-
tos. Las cifras de desempleo tampoco marcan señales alentadoras, más de 5 millones de personas salieron del grupo
de ocupados del país en el mes de abril de 2020.
A nivel sectorial, la reducción del valor agregado del sector llegó a -16,5 por ciento, y solo para el mes de abril, la
reducción en los puestos de trabajo directos que se generan en el sector llegó a 650 mil. En términos de la dinámica
comercial de la vivienda nueva, pasamos de tener un promedio de ventas mensual cercano a 18 mil unidades en ene-
ro y febrero a datos por debajo de las 5 mil unidades en abril. La creciente incertidumbre, tendrá un efecto sobre la
decisión de inversión en vivienda por parte de los hogares, el indicador de disposición a comprar vivienda que mide
Fedesarrollo se encuentra en un mínimo histórico, al caer de 0,4 por ciento en febrero y llegar al mes de mayo ubicán-
dose por debajo de los 40 puntos porcentuales negativos.
Pero esas realidades tienen que cambiar, y con el concurso público privado, la recuperación tanto de la economía
como del sector debe darse de manera oportuna y así superar las complejidades que ha traído esta coyuntura. La ta-
rea no es fácil, pero se ha venido haciendo y seguiremos en esa ruta.
Para empezar a construir esa nueva normalidad debemos interiorizar y crear todas las capacidades empresariales
6 necesarias para entender que la bioseguridad será el nuevo “cómo” de las operaciones comerciales y constructivas de
nuestro sector. Lo segundo para tener en cuenta es que debemos reimaginar el futuro próximo en
el entorno de los negocios, donde la gestión de los riesgos y la adopción tecnológica serán fac-
tores competitivos esenciales. En tercer lugar, debemos reconocer y anticipar los cambios
sociales y de comportamiento que este nuevo panorama de salud pública dejará sobre los
hogares compradores en términos de sus preferencias, expectativas, etc. Y finalmente,
acelerar como sector, y en trabajo conjunto con el sector público, todas las trasformacio-
nes necesarias que permitan seguir creando condiciones para la inversión inmobiliaria,
como, por ejemplo, la digitalización de trámites y de procedimientos inherentes al sec-
tor.
Un primer paso importante en esa dirección es el anuncio del Gobierno Nacional
sobre los nuevos incentivos para la compra de vivienda nueva con precio de hasta 440
millones de pesos. Eso permitirá minimizar el riesgo de desistimientos, ace-
lerar la dinámica comercial y generar nueva oferta de proyectos; pero sobre
todo, sostener el valioso empleo que genera el sector.
Indudablemente el Covid-19 ha tomado por sorpresa al mundo y al teji-
do empresarial de todos los sectores. Sin embargo, la clave para superar
los retos está en la capacidad de adaptarse a la nueva normalidad a
través de la innovación y en la toma de decisiones privadas y públicas
que privilegien el incremento de la productividad y el sostenimiento
del empleo. En la transición hacia la nueva normalidad, el sector edi-
ficador ha hecho avances importantes, pero en este camino debemos
perseverar, seguir proponiendo y actuar para impulsar al sector hacia
la recuperación sostenida de su actividad productiva.