Viviendas modulares: una solución para territorios apartados
- Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa enfrentó la necesidad de levantar las ciudades devastadas. Arquitectos e ingenieros comenzaron a buscar métodos que permitieran responder con rapidez y eficiencia a la enorme demanda de vivienda y así empezaron a trabajar en las construcciones modulares.
Durante la década de 1950, una reinterpretación de lo que se conocía como el Movimiento Moderno, una corriente arquitectónica y urbanística cuyo principio central le apostaba a una arquitectura más funcional y a hacer edificaciones más prácticas, eficientes y adaptadas a las necesidades reales de la gente, utilizando nuevas tecnologías, impulsó la idea de una producción seriada con la modularidad como la base de nuevos proyectos.
La premisa era simple pero revolucionaria: si la industria automotriz y la manufactura producían en serie con alta eficiencia, ¿por qué no aplicar esa misma lógica a la vivienda?
Aquella apuesta por la construcción modular ha evolucionado hasta convertirse en uno de los segmentos más dinámicos del sector constructor. Según datos de Fortune Business Insights, en 2024 el tamaño del mercado mundial de la construcción modular fue de 89,44 mil millones de dólares y se prevé que crezca de 94,84 mil millones de dólares en 2025 a 151,53 mil millones de dólares en 2032.
En China la fabricación modular se ha consolidado como una respuesta inmediata al crecimiento urbano y a la necesidad de soluciones habitacionales rápidas y económicas. Pero el protagonismo ya no se queda solo allí. En Oriente Medio y, en particular, en Emiratos Árabes Unidos, la construcción modular se ha convertido en un vehículo para acelerar la innovación y ampliar la oferta de vivienda en tiempo récord.
Con condiciones climáticas retadoras y planes urbanos de gran escala, los módulos permiten construir más rápido, con menor impacto ambiental y con una precisión industrial inédita.
Un ejemplo colombiano
Más allá de la eficiencia técnica, la vivienda modular se ha convertido en una alternativa vital en zonas rurales o apartadas, donde la logística y el transporte dificultan la construcción convencional.
‘Casa Corona’, por ejemplo, se pensó para ser construida usando los métodos de construcción modular que incluyen principios de adaptabilidad, sismorresistencia, durabilidad, flexibilidad, movilidad y cero desperdicios. Esta facilidad en la ejecución, junto con la eficiencia de los materiales y tecnologías utilizadas, garantiza que los hogares sean entregados de manera rápida, segura y sin imprevistos en máximo 12 semanas.
Su diseño modular permite que se adapte a las necesidades de los residentes. La casa incorpora tecnologías avanzadas para la medición y control del consumo de agua y energía con el fin de que sus ocupantes puedan monitorear y gestionar su consumo a través de dispositivos inteligentes, promoviendo prácticas más sostenibles y conscientes del uso de recursos.
La propuesta estándar de Casa Corona tiene área total de 46,33 metros cuadrados (m²), con 23,76 m² de área interna y 22,77 m² de decks, o plataformas de madera, externas. Sin embargo, también está disponible en tamaños hasta de 149 m² o para ser desarrollada por cada persona, según sus necesidades.
Sostenibilidad y confort: la nueva norma
En un mundo donde la sostenibilidad dejó de ser opcional, las viviendas modulares se alinean de forma natural con una construcción más consciente: consumen menos energía, generan menor huella de carbono y reducen significativamente los desperdicios en obra.
Aseguran las directivas de Corona que este tipo de casas, que han llamado “refugios en equilibrio”, se alinean con el propósito 2030 de descarbonización de la compañía; “estamos comprometidos con la reducción de la huella de carbono a través de prácticas y tecnologías sostenibles. Por eso están equipadas con griferías y sanitarios ultra-ahorradores, paneles solares para energía renovable, y, además, tienen el potencial de ser completamente autónomas en cuanto al consumo alcanzando un 100% de ahorro energético”.
En este caso, cada zona de la casa está diseñada para maximizar la eficiencia y el confort, incluyendo soluciones innovadoras como el uso de paneles solares y una huerta autosuficiente. El mobiliario proviene de bosques sostenibles y subproductos reciclados de madera, así como de productos cerámicos extraídos de forma responsable y con garantía de vida.
La vivienda modular ya no es una alternativa experimental, sino una pieza clave del futuro de la construcción. La rapidez en los tiempos de construcción, la sostenibilidad, la precisión tecnológica y la democratización en el mercado global han posicionado este modelo que es capaz de enfrentar el desafío más urgente de nuestro tiempo: garantizar vivienda digna, accesible y de calidad para millones de personas.

