‘CIUDAD DE 15 MINUTOS’: LA PROXIMIDAD A MÁS CALIDAD DE VIDA

Edición 97 | Jueves, Agosto 31, 2023 - 16:04

Crear un entorno urbano en el que las necesidades esenciales estén a una distancia razonable a pie o en bicicleta, con un estilo de vida saludable y sostenible, es la propuesta con la cual el urbanista colombo francés, Carlos Moreno, recorre el mundo.

El urbanista Carlos Moreno, profesor asociado en el Institut d’Administration des Entreprises (IAE) de París - Universidad Panthéon Sorbonne, y cofundador y director científico de la cátedra Emprendimiento, Territorio, Innovación (ETI), habló con Urbana de la ‘Ciudad de 15 minutos’, un modelo de organización urbana del cual es pionero y que propone que los residentes accedan en cortas distancias y con bajo carbón a comodidades diarias.

Moreno, considerado una de las 28 personas en Europa que más influyen en la agenda verde con su visión sobre las ciudades y los territorios, destaca el modelo porque, a través de una vida urbana policéntrica, multiservicio, más sostenible y saludable, reduce la dependencia de los vehículos y promueve la interacción con un concepto de “habitabilidad” basado en la “alta calidad de vida social”. Le suma, además, un eje de la proximidad policéntrica feliz con alojamiento digno, trabajo-empleo, abastecimiento y circuitos cortos, salud física y mental, educación, cultura y esparcimiento.

Al desarrollar megaproyectos urbanísticos con servicios complementarios, más allá de la vivienda, algunos arquitectos y urbanistas acuñaron el concepto de ‘Ciudad dentro de la gran ciudad”. ¿Cómo relaciona esto con la ‘Ciudad de 15 minutos’?

Aunque ambos conceptos se refieren a formas de organizar y entender el espacio urbano, tienen enfoques diferentes. La ‘Ciudad dentro de la ciudad’ se centra en la diversidad y autonomía dentro de la estructura urbana más grande, y se refiere a una sección de una ciudad que tiene su propia identidad, funcionalidad y, a veces, autonomía, mientras que la ‘Ciudad de 15 minutos’ se centra en la proximidad y accesibilidad a las comodidades diarias.

Tener todo cerca, evitar grandes desplazamientos y contrarrestar el caos vehicular es ideal. ¿Qué opina de los detractores?

Vivimos en una era marcada por la emergencia de la posverdad, caracterizada por bulos (noticias falsas), manipulaciones y tergiversaciones para defender el individualismo, matizado de populismo, racismo, exclusión y violencia. Fenómenos como el cambio climático, el COVID-19 y las vacunas, son ejemplos de cómo esta realidad puede generar incertidumbre y ansiedad en las personas. La Ley de Brandolini sostiene que la energía necesaria para desmentir un bulo es mayor a la que se requiere para crearlo.

El éxito de la ‘Ciudad de 15 minutos’ ha llevado a su adopción a las más grandes asociaciones de alcaldes mundiales y organizaciones que, como UN-Habitat, la tienen como política urbana en todos los continentes. Algunos grupos conspirativos internacionales vinculan la iniciativa con su negacionismo del cambio climático y la han insertado en lo que denominan “globalismo”, con discursos populistas y sectarios de miedo y odio.

Estar encerrados en pandemia, luego tener la posibilidad de salir, pero con restricciones, confirmó el valor del modelo de la ‘Ciudad de 15 minutos’. ¿La emergencia ratificó sus fortalezas?

Durante los confinamientos y las restricciones, muchas personas apreciaron la importancia de tener servicios y comodidades esenciales cerca. La forma misma de la ciudad cambió con la mutación que se generó, por ejemplo, en los barrios corporativos en los que disminuyó la afluencia, pero las ciudades que tenían elementos del modelo fueron más resilientes y los residentes pudieron acceder a servicios y espacios al aire libre sin viajar largas distancias o confiar en el transporte público. Incluso, la combinación de la crisis climática con la del COVID-19 subrayó la necesidad de construir ciudades más saludables y resilientes. Así, el concepto de la ‘Ciudad de 15 minutos’ encontró un espacio.

¿Qué les dice a quienes consideran que se quiere restringir el uso de los carros y poner a andar a todos en patineta o bicicleta?

Es un error. La ‘Ciudad de 15 minutos’ no es solo sobre transporte; es, ante todo, sobre la calidad de vida. No se busca prohibir el uso de automóviles de manera absoluta, sino rediseñar las ciudades para reducir la necesidad de depender de ellos.

El objetivo es crear un entorno urbano en el que las necesidades esenciales estén a una distancia razonable a pie o en bicicleta, con un estilo de vida saludable, bajo en carbón y sostenible. Lo que promueve es variedad de opciones de transporte, incluyendo caminar, andar en bicicleta, transporte público y usar automóviles cuando es absolutamente necesario. Es una cuestión de equilibrio y opciones.

UN APORTE PARA TENER ESPACIOS MÁS VERDES

Hacer ciudades amigables con el medioambiente, más verdes y menos contaminantes, son
aportes de la ‘Ciudad de 15 minutos’, gracias a varios factores:

• Al promover que las necesidades diarias estén a una distancia razonable a pie o en bicicleta, el modelo reduce los viajes en automóvil, lo que disminuye la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.

• Caminar y andar en bicicleta son modos de transporte de emisiones cero que no contaminan. Además, ayudan a combatir problemas de salud como la obesidad y las enfermedades cardíacas.

• El modelo también se enfoca en la creación y la mejora del acceso a estos espacios, lo cual beneficia a las personas y al medioambiente. Los espacios verdes pueden ayudar a combatir el cambio climático, contribuir a la salud mental y física de la gente, y proporcionar
hábitats para la vida silvestre.

¿Cuál es la clave para que los esfuerzos de los sectores público y privado, en aras de implementar el modelo, no generen conflictos?

El diálogo, la generación de ideas convergentes y el desarrollo de intereses comunes son cruciales para crear nuevas políticas coherentes, innovar los modelos de negocios y proponer incentivos que le den al sector privado alicientes. También hay que trabajar la comunicación para que la difusión corresponda a una visión y una práctica convergentes.

Esto sugiere comprender los beneficios de la ‘Ciudad de 15 minutos’, tanto para los residentes como para las empresas y la economía, con educación y diálogo continuo. Además, es clave la participación y la consulta de más partes interesadas: empresas, residentes, organizaciones comunitarias y otros grupos.

Los gobiernos locales también deben establecer políticas y planes claros que faciliten la implementación del modelo, y ofrecer incentivos, con el fin de que el privado participe.

Muchas ciudades y el sector constructor tienen en su agenda planes de renovación urbana, y la ‘Ciudad de 15 minutos’ sería clave…

Las ciudades que deseen adoptar el modelo como eje central de las políticas urbanas del siglo XXI deben integrarlo de manera estructural en sus planes locales de urbanismo o planes de ordenamiento territorial. Así se garantiza la continuidad del proyecto, más allá del mandato del alcalde o alcaldesa específica.

La creación de los planes estratégicos representa momentos decisivos y requiere concertación, diálogo significativo con el sector privado y alejarse de los intereses individuales. A su vez, el sector debe adoptar esta lógica, que se aleja de la especulación financiera y las ganancias desmedidas, para convertirse en actor de una cadena de valor complementaria pero coherente.

También incluye la rehabilitación de espacios para funciones mixtas, transformando infraestructuras monofuncionales en zonas que permiten variedad de actividades (vivir, trabajar y disfrutar de ocio y servicios), y la formación de nuevos focos descentralizados para impulsar el empleo local. Se suman nuevas ofertas educativas y culturales, circuitos de abastecimiento local para apoyar la economía y reducir la huella de carbono, y así ser una plataforma para la innovación y la creación de valor del sector privado,
con nuevos modelos de negocio.

COLOMBIA, HACIA EL URBANISMO DEL SIGLO XXI

Carlos Moreno considera que Colombia tiene potencial para implementar la ‘Ciudad de 15 minutos’ y su gemelo, el ‘Territorio de la ½ hora’, coherentes con el reciente Plan Nacional de Desarrollo “Potencia mundial para la vida”. Al respecto, afirma:

• “Colombia tiene un alto grado de urbanización. Según el Censo de 2018, tres de cada cuatro colombianos viven en áreas urbanas. En los últimos 30 años, la densidad urbana en Colombia se ha triplicado”.

• “El Departamento Nacional de Planeación (DNP) dice que, para 2050, la población colombiana aumentará a casi 61 millones de personas y el 86,1 % habitará en centros urbanos. Asimismo, el Observatorio del Sistema de Ciudades reveló en 2019 que los habitantes de zonas urbanas en Colombia generan el 85 % del PIB nacional”.

• “Las ciudades colombianas enfrentan dificultades estructurales por su rápido crecimiento con migraciones del campo a la ciudad, y, por lo tanto, asentamientos informales, proliferación de la pobreza y falta de servicios básicos”.

• “Desarrolladas bajo el funcionalismo del arquitecto Le Corbusier, donde ‘la ciudad de éxito es la que va rápido’, adoptando construcciones y modos de vida zonificadas de largas distancias y el automóvil como rey, en la herencia de la Carta de Atenas de 1933, las ciudades colombianas enfrentan desafíos de movilidad y calidad de vida”.

• “La ‘Ciudad de 15 minutos’ rompe con la zonificación tradicional y las largas distancias, que afectan a los más humildes. El tiempo perdido en el tráfico, 122 horas en Bogotá, la ciudad con más congestión de tráfico en América Latina según estudios de Global Traffic Rankings (INRIX) 2022, evidencia que las personas pasan al año en atascos el equivalente de los 15 días de vacaciones hábiles”.

• “En Colombia no existe una estrategia que defina los retos urbanos. Documentos claves, como el informe de las Naciones Unidas 2021, UNEP, sobre el peso de las ciudades en América Latina y el Caribe, destaca el interés en este modelo policéntrico y multiservicios,
pero han sido ignorados”.

• “Nuestros trabajos premiados internacionalmente también son ignorados por el Gobierno Nacional. El país cuenta con un Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, que en la práctica se enfoca en la construcción de viviendas, especialmente en zonas marginales.
Es una política de alojamiento del siglo XX, que no tiene en cuenta la urbanización masiva de Colombia y un elemento clave: la habitabilidad urbana y territorial”.

• “El modelo sigue siendo el de construir y vender vivienda, que, finalmente, reproduce las dificultades ya existentes, so pretexto de ‘acceder a la propiedad’, como ‘objetivo social’”.

• “Hemos propuesto y trabajado junto a Asocapitales en las 32 capitales de los departamentos de Colombia para aplicar nuestra visión, concepción, metodología y herramientas, generando hipótesis y elaborando guías de transformación basadas en el modelo”.

• “Sugerimos que el proceso se realice antes de que los nuevos alcaldes y alcaldesas asuman sus cargos para contribuir a la entrada de Colombia en el urbanismo del siglo XXI”.

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