MI CASA YA: UN INSTRUMENTO IDEAL DE REACTIVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL
En 2021, el Departamento Nacional de Planeación publicó los resultados de la Evaluación de Impacto del Programa Mi Casa Ya (MCY), elaborada por la Universidad de los Andes y el Centro Nacional de Consultoría. El programa de manera contundente demostró tener una incidencia en varias dimensiones de la calidad de los beneficiarios.
El programa no solo confirmó impactos evidentes, como la reducción en la probabilidad de caer en déficit cuantitativo de vivienda, sino que también permitió que los hogares beneficiarios dedicaran una menor porción de su ingreso, 9 puntos porcentuales (p. p.) menos, al pago de la cuota del crédito hipotecario frente a hogares no beneficiarios que seguían pagando arriendo. Esta reducción era mayor en hogares de menores ingresos. Adicionalmente, las familias que recibieron los subsidios de MCY demostraron tener acceso a entornos más seguros, con mejores niveles de relacionamiento comunitario y mayor probabilidad de empleo, entre otros.
Al impacto social positivo se suman los efectos económicos, que incluyen el incremento en la oferta de vivienda de interés social (VIS). Mientras que en 2015 se lanzaron 90.000 VIS, en 2022 los lanzamientos superaron las 176.000 unidades en este segmento.
Esto quiere decir que en seis años se duplicaron los lanzamientos de vivienda de interés social producto de la alineación de factores importantes como la mayor inversión Mi Casa Ya, que además logró profundizar su focalización cuando fue incluido como un programa central en el proceso de reactivación postpandemia; tasas de interés favorables para la compra de vivienda; y cambios en los topes de precios VIS en grandes aglomeraciones urbanas.
Aporte al crecimiento
Al considerar el crecimiento tendencial que venía registrando la generación de VIS antes de la implementación del programa, y cuantificar el impacto que tuvo el incremento del tope en las aglomeraciones urbanas más grandes, se encuentra que MCY explicaría el 40 % de la generación potencial de VIS que, de haber mantenido su crecimiento, habría llegado a las 215.000 unidades lanzadas en el 2023. De hecho, también se aprecia que el crecimiento de los lanzamientos se aceleró entre el 2020 y el 2022, años en los cuales la profundidad del programa superó el 60 %, es decir, que de cada diez viviendas que se entregaron seis tuvieron cierre financiero con Mi Casa Ya.
El impulso en los lanzamientos de vivienda permitió que los inicios de obra VIS superaran las 100.000 unidades al comenzar el 2021, y siguieran creciendo al punto de alcanzar 140.000 anuales a mediados del 2022. Así, en el 2021 y en el 2022 el valor agregado de las edificaciones creció por encima del promedio de la economía, convirtiéndose en un sector impulsor del crecimiento. Recordemos que por cada vivienda que se construye se generan dos empleos directos y cuatro indirectos (Conpes 4114), al tiempo que el sector edificador jalona el 54 % del aparato productivo mediante el consumo intermedio que realiza a la industria y los servicios.
Los desafíos del 2023
Sin duda, el 2023 será un año retador para la economía. El Banco de la República espera que el crecimiento económico se ubique en un nivel cercano al 1 % y la inflación, si bien seguirá cediendo, continuará en niveles por encima del rango meta. El contexto macro del mediano plazo es de desaceleración, lo que terminará impactando el empleo y demás indicadores sociales.
En este escenario, Mi Casa Ya puede ser utilizado como un instrumento para reactivar la economía, además de consolidarse como una herramienta de transformación social. Es importante mantener la profundidad y el volumen de subsidios entregados en años recientes para que puedan generarse cerca de 200.000 viviendas de interés social anuales. Llegar a estos niveles permitirían incrementar los inicios de obra que impulsarían el crecimiento, el empleo, y mejorarían las condiciones habitacionales de los hogares colombianos.