EL CONGRESO COLOMBIANO DE LA CONSTRUCCIÓN TRAZA LA RUTA DE LA TRANSFORMACIÓN
Entre el 18 y el 20 de octubre tuvimos la oportunidad de reunirnos en el Congreso Colombiano de la Construcción, en Barranquilla, el cual tuvo una connotación especial por el contexto retador que enfrentamos. Este espacio fue fundamental para consolidar las máximas que nos han caracterizado durante la historia del gremio: ser propositivos, mantenernos como referentes de las políticas sectoriales y construir bienestar para los hogares.
Nuestro congreso fue el escenario para sentar las bases que marcarán la estrategia de crecimiento de la vivienda y las edificaciones. Unir a todos los actores de la cadena de valor nos permitirá consolidar las acciones para la reactivación en la que los sectores público y privado deben ser socios. Los esfuerzos tienen que alinearse para atacar los problemas que afectan al mercado de vivienda, siendo el más representativo la pérdida de la capacidad de pago de los hogares y el consecuente impacto en la inversión.
Nuestra actividad real ya empieza a sentir el efecto de las caídas en la dinámica comercial. No tomar acciones concretas y enfocadas en los problemas centrales podría profundizar el mal momento que observamos.
Las reflexiones que surgieron durante los tres días del congreso fueron relevantes para direccionar y apoyar las decisiones en materia de inversión pública y privada; además, se exploraron las oportunidades para que nuestro sector fortalezca el papel protagónico que siempre ha tenido en el crecimiento económico.
Más propuestas
Sus representantes, es decir, los empresarios y demás trabajadores de la cadena de valor, asistieron al congreso con una agenda de tareas por ejecutar, pero con la expectativa de las propuestas y acciones para gestionarlas. Las actuales condiciones económicas requieren de estabilidad y claridad en las decisiones de política y un marco fiscal definido, para que las familias que adquieren vivienda y los empresarios que están lanzando proyectos sepan en qué escenario se moverán.
La idea es ir más allá de los 50.000 subsidios por año y que haya recursos adicionales para atender la demanda en todas las regiones e impulsar nuevas iniciaciones. Somos un gremio de regiones, que ahora, más que nunca, requiere de una política de vivienda social articulada con la nacional, porque la coyuntura lo exige. Los próximos mandatarios locales tendrán una gran responsabilidad, pero, sobre todo, la oportunidad de construir una historia de desarrollo con la vivienda.
Pero no todo gira en torno a los subsidios. Nuestra industria ha hecho un trabajo juicioso para ampliar la frontera de inversión y explorar otras posibilidades. Lo que sigue es perfeccionar las estrategias para impulsar nuevos negocios, entre ellos, el arrendamiento, el cual tiene un potencial de crecimiento importante a través de figuras como el multifamily. También debemos canalizar el uso de otras fuentes importantes de recursos provenientes de las remesas para consolidar nuestra estrategia de exportar vivienda, que también hemos llamado “la importación de compradores”.
Esto y mucho más fue el Congreso Colombiano de la Construcción, en el cual logramos fortalecer a nuestro sector como una fuente de servicios, que le apuesta a la transformación, la equidad y la sostenibilidad como ejes de la reactivación.