Panorama macroeconómico 2016 – 2017: una visión de lo global a lo local
Introducción
Pasados ocho años desde la gran crisis financiera, la recuperación de la economía mundial sigue una senda bastante frágil, aproximándose cada vez más a un escenario de estancamiento de la actividad productiva.
El año 2016 se caracterizó por presentar una serie de singularidades económicas, políticas y sociales que generaron tensión en los mercados internacionales, incrementando el nivel de incertidumbre en el mediano plazo.
El indicador de volatilidad de los mercados a nivel internacional presentó deterioros a inicios del año 2016, derivados de la publicación de datos negativos de actividad industrial y de la confianza en la Zona Euro, de comercio exterior en China y de confianza y actividad manufacturera en Estados Unidos. El segundo momento de tensión se dio a finales del mes de junio, una vez se conocieron los resultados del referendo realizado en el Reino Unido, en el cual se aprobó la salida de este país del conglomerado europeo. El último incremento se derivó de los resultados electorales en Estados Unidos
Evolución del sector externo
La débil dinámica de la actividad económica ha sido atribuida a una demanda mundial que se ha moderado y que ha terminado por impactar negativamente los volúmenes de inversión y comercio. En este sentido, un estudio de las Naciones Unidas ha mostrado que la contribución de la inversión al crecimiento mundial se ha reducido en los últimos años, esto es, durante el periodo 2003-2007 el aporte promedio anual fue de +1.4 puntos porcentuales (pp), mientras que desde el 2012 solo ha sumado +0.7 pp a la expansión del producto.
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