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EDIFICIO COLTEJER,
MEDELLÍN
“Fue clave su descubrimiento de la vivienda como un proce-
so de transformación social que podía ser realizado a través
de la buena arquitectura. Fue un proceso que comenzó en los
años 50 y todavía hasta ahora estaba explorando nuevas al-
ternativas e ideas que iban saliendo en la medida en que el
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mundo avanza y cambia”, dice su hija Ximena. 83 8383
Tal vez su obra más significativa en materia de vivienda
-concuerdan los expertos- fue la Ciudadela Colsubsidio, ubi-
cada en el noroccidente de Bogotá, pues es un lugar que logró
reunir su convicción de la arquitectura como creadora de co-
munidad. Sin embargo, el proyecto sobre el que el propio
Samper sentía más cariño es el barrio La Fragua al sur de la
misma ciudad, pues fue un experimento del que salieron en-
señanzas no solo para él sino para el crecimiento urbano de
Bogotá.
De acuerdo con Alejandra Álvarez, arquitecta de 27 años
que trabajó junto a Samper durante el último lustro de su vi-
da, “él hablaba con mucho cariño de La Fragua, porque sí fue
un hito en el poder gestionar un proyecto de autoconstruc-
ción con la comunidad y para la comunidad. Su mayor aporte
fue su sensibilidad hacia la Vivienda de Interés Social y hacia
una arquitectura participativa para la gente”.
Una vida construida a trazos
Siendo un joven bogotano, Samper hizo parte de la multitud
que recibió a Le Corbusier en 1947 cuando llegó al país como
invitado para dictar algunas conferencias de urbanismo. Que-
DIBUJO GERMÁN SAMPER