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Como explicaba Massimo Cacciari en su ensayo “La Città”, la   rio  que  antes  eran  difícilmente  alcanzables,  mientras  fracturan  los
                ciudad se define como la combinación de dos ideas funda-  propios barrios por donde se van abriendo paso.
                mentales, la máquina, la parte instrumental de la ciudad, la   En los años 70, ciudades como Madrid habían normalizado que par-
                cual favorece los desplazamientos y el desarrollo de las tareas   te de su espacio público estuviera ocupado por pasos elevados y bre-
                cotidianas, y el ágora, lugar de libre expresión, multicultural y   chas ferroviarias. Se daba así prioridad al funcionamiento de la ciu-
                simbólico.                                          dad como máquina por encima del ágora. En otros casos como el de
                 Con el paso de la economía rural a la economía urbana in-  Roma o el de Madrid de unos años más tarde, se reorganizan las circu-
                dustrializada a finales del siglo XVIII, se produce un incremen-  laciones en anillos periféricos, con el objetivo de liberar el exceso de
                to de la población urbana y una gran transformación de las   tráfico de los centros urbanos. Estos anillos suponen un límite infran-
                ciudades.  Las  factorías  ocupan  lugares  centrales  en  los  nú-  queable entre la ciudad principal, donde se desarrolla el ágora, y la
                cleos urbanos industriales, y el transporte de mercancías se   periferia, relegada a ser la máquina que abastece el centro.
                vuelve  un  elemento  clave  para  el  desarrollo  económico.  La
                aparición del ferrocarril en el siglo XIX, y sobre todo la llegada   Nuevos retos
                del automóvil en el XX, exigieron nuevas infraestructuras re-  Con el auge del comercio electrónico, el reparto de última milla está cre-
                partidas por todo el territorio. Las infraestructuras de movili-  ciendo en las ciudades. Esto plantea nuevos retos urbanos, al generar pro-
                dad,  diseñadas  bajo  máximas  de  eficiencia  de  transporte,   blemas de tráfico y medioambientales. Se limita a su vez el uso del automó-
                crean conexiones con puntos lejanos de la ciudad y del territo-
                                                                    vil privado en las principales ciudades europeas, para cumplir con compro-
                                                                    misos de actuación contra el cambio climático. Como resultado del avance
                                                                       tecnológico (vehículos eléctricos, app móviles, IoT…) y la aparición de
                                                                           nuevos modelos de servicio de movilidad (carsharing, motosha-
                                                                               ring, ridesharing, bicicletas y patinetes…), estamos experi-
                                                                                  mentando, además, un cambio radical en las tenden-
                                                                                    cias de movilidad. Este cambio de paradigma de
                                                                                       movilidad en los centros urbanos hace pertinen-
                                                                                         te que nos preguntemos qué modelo de ciu-
                                                                                          dad queremos para nuestro futuro.
                                                                                             Si,  como  efectivamente  parece,  va-  7171
                                                                                                                               71
                                                                                                                             71
                                                                                              mos a tener que estar moviendo mi-
                                                                                               les de paquetes diariamente, y si
                                                                                                además es posible que estos se
                                                                                                 muevan  por  modo  aéreo  (por
                                                                                                  no  decir  que  muy  probable-
                                                                                                   mente nosotros también va-
                                                                                                    yamos  subidos  a  un  dron
                                                                                                    para ir a visitar a nuestros
                                                                                                     familiares a su casa de la
                                                                                                      periferia); si la ciudad va
                                                                                                      a tener que afrontar un
                                                                                                      mayor volumen de des-
                                                                                                       plazamientos,  ser  una
                                                                                                       ciudad  más  máquina,
                                                                                                       será  mejor  que  procu-
                                                                                                       remos que esta ciudad
                                                                                                       futura  cuente  también
                                                                                                       con  espacio  abiertos
                                                                                                       para el intercambio so-
                                                                                                      cial.  Asegurémonos  de
                                                                                                      que  el  ágora  no  sea  re-
                                                                                                      ducida  a  los  pequeños
                                                                                                     islotes a los que nos refi-
                                                                                                     ramos  cuando  vayamos
                                                                                                    “al  centro”,  sino  que  esté
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