Vivienda: tras resultados del primer trimestre, urge la reactivación.
- El sector constructor es un candidato natural contra la desaceleración. No solo tiene el potencial de multiplicar entre 2 y 3 veces cada peso invertido, sino que puede catalizar el crecimiento en más de 36 sectores productivos.
Por: César Pabón
Director ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana
El primer trimestre del 2024 evidenció una recuperación económica frágil y desigual, en línea con las expectativas. Con un crecimiento anual del PIB de apenas 0,7 % en su serie original y de 0,9 % en la serie desestacionalizada, se confirma que la economía alcanzó su punto más bajo en el tercer trimestre del año pasado y ha mostrado una débil reactivación desde entonces.
Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por los sectores primarios, como la agricultura, y por la administración pública, lo que genera incertidumbre a largo plazo. Mientras tanto, las locomotoras tradicionales de la economía continúan estancadas, con la inversión contrayéndose en un preocupante 15 % respecto al año anterior.
En este contexto, el sector constructor emerge como un candidato natural para enfrentar esta desaceleración, pues no solo tiene el potencial de multiplicar entre 2 y 3 veces cada peso invertido, sino que también puede catalizar el crecimiento en más de 36 sectores productivos. Además de su impacto económico, la construcción de vivienda mejora la calidad de vida de las personas y genera más de un millón de empleos.
Sin embargo, la industria de la construcción se encuentra en crisis. El año pasado, las ventas cayeron cerca del 40 % y las iniciaciones disminuyeron alrededor del 25 % y esta tendencia negativa se ha reflejado en el mal resultado de producción del primer trimestre, que por tercer periodo consecutivo se contrajo en un 2,4 %.
Aunque el segmento residencial muestra una disminución del 5,3 % interanual en el valor agregado, el segmento no residencial ha crecido 3,8 % interanual, atenuando así la contracción del subsector. No obstante, las caídas en la construcción de apartamentos (4,8 % interanual) y casas (18 % interanual), así como la reducción en el área construida destinada a viviendas de interés social (VIS) y No VIS, reflejan la gravedad de la situación.
En el corto plazo, con ventas e iniciaciones de vivienda manteniéndose en caídas de dos dígitos durante el primer trimestre del año, las perspectivas no son alentadoras. Se espera que los efectos adversos en la comercialización afecten la producción durante el primer semestre de este año; por eso, si no se implementan medidas rápidas para reactivar el sector, esto podría traducirse en una contracción de producción cercana al 5 % para el consolidado del año.
Variables que impactan
Varios factores han contribuido a estos malos resultados. En primer lugar, los costos de construcción alcanzaron su punto máximo en febrero de 2023 debido a problemas logísticos globales, aunque se han corregido. En segundo lugar, las altas tasas de interés del Banco de la República desaceleraron la adquisición de crédito para la compra y la construcción de vivienda. Aunque el banco redujo su tasa de 13,25 % a 11,75 %, lo ha hecho con cautela debido a la lenta convergencia a la meta inflacionaria y los riesgos macroeconómicos que podrían presionar la tasa de cambio y los precios. A pesar de ello, en el último año las tasas para la adquisición de vivienda y construcción disminuyeron entre 300 y 500 puntos básicos, lo que sugiere una anticipación para potenciar el sector.
Otro problema significativo ha sido la pérdida de confianza en el subsidio de Mi Casa Ya. Muchos hogares no recibieron el subsidio debido a cambios en la focalización y al incumplimiento de pagos por parte del Gobierno. Esta situación llevó a que cerca de 38 mil personas que estaban en proceso de compra de su vivienda desistieran en 2023, lo que demuestra la necesidad de abordar esta problemática de manera urgente.
Es crucial que se recupere la confianza en el sector y se implementen medidas efectivas para reactivar la construcción. El Ministerio de Vivienda anunció la asignación de 50.000 subsidios del programa Mi Casa Ya por año hasta finalizar el cuatrienio, para un total de 200.000 subsidios, pero esto podría ser más ambicioso y las medidas resultan insuficientes frente a las necesidades. En el periodo 2014-2018 se asignaron 337.000 subsidios VIS y en el periodo 2018-2022 fueron 301.287, además de cerca de 60.000 subsidios No VIS adicionales.
También es necesario que las autoridades locales asuman un papel protagónico, priorizando presupuesto a programas de subsidio en ciudades como Barranquilla, Medellín, Bogotá y Cali, y que se aborden los problemas específicos de cada región de manera coordinada y articulada, garantizando a los ciudadanos un acceso claro y organizado a los beneficios.
Además de las acciones inmediatas, es necesario trabajar en políticas que fomenten la confianza a mediano y largo plazo, y en esta tarea es clave simplificar trámites y desarrollar esfuerzos orientados a la habilitación oportuna del suelo urbanizable. La reactivación del sector de la vivienda no solo es posible, sino necesaria para dinamizar la economía y mejorar la calidad de vida de millones de personas.