¿Cómo incorporar créditos de carbono en la estrategia Net Zero y en la gestión eficiente de costos de las compañías?
- Estos créditos son instrumentos de compensación que hacen parte de la caja de herramientas para las estrategias de descarbonización de las empresas.
Por:
Luis Ignacio Gómez, presidente Banca de Inversión Bancolombia.
Franco Piza, director Corporativo de Sostenibilidad Grupo Bancolombia.
Laura Hernández, gerente de Mercadeo de Capitales en Banca de Inversión Bancolombia.
En Colombia, la conversación sobre los créditos de carbono se intensificó cuando se implementó el impuesto al carbono a través de la Ley 1819 del 20161, con el fin de desincentivar el uso de combustibles fósiles y estimular la incorporación de mejoras tecnológicas al aparato productivo, contribuyendo a las metas de mitigación de gases de efecto invernadero (GEI) en el país.
La contribución nacional a la acción climática determinada por Colombia consiste en disminuir en 51 % los GEI al 2030. En el sector constructor se trazó la ruta de la descarbonización y se buscan cero emisiones netas de carbono operacional y la reducción del 40 % del carbono embebido en nuevas edificaciones en el 20302 .
El sector ha sido muy activo en formular planes, políticas y lineamientos que integran diversas variables ambientales y sociales, y las compañías están sumándose a estos compromisos, anticipando estrategias para cumplir con las metas y avanzando voluntariamente en una oferta con menores emisiones de GEI. Actualmente, Colombia posee el 20 % de las certificaciones Edge a nivel mundial, lo que la posiciona como líder entre los 70 países donde opera esta certificación.
Adicionalmente, aunque el sector constructor no esté directamente tasado con el impuesto al carbono, los incrementos en costos de insumos gravados, como los combustibles líquidos, se trasladarían a un aumento de los costos. Las empresas deben anticipar estos cambios y adoptar estrategias proactivas para gestionar potenciales costos adicionales.
Por ejemplo, si las operaciones de su compañía implican el uso de maquinaria como excavadoras, bulldozers, grúas, cargadoras, camiones u otra maquinaria que utilice combustibles líquidos como gasolina, kerosene, jet fuel, ACPM y fuel oil, su empresa podría considerar la compra de créditos de carbono para no causar el impuesto.
¿Qué tienen que ver los créditos de carbono con el impuesto al carbono?
El Gobierno Nacional permite no causar, o no pagar directamente, el impuesto al carbono si se demuestran reducciones de emisiones o remociones de GEI. Las empresas no necesariamente tienen que ejecutar proyectos propios para generar estas reducciones; pueden demostrarlas a través de créditos de carbono.
Un crédito de carbono es un certificado comúnmente llamado bono de carbono, que representa “reducciones cuantificables y verificadas de emisiones provenientes de proyectos de acción climática certificados. Estos proyectos reducen, evitan o remueven las emisiones de GEI”, según información de la consultora suiza South Pole del 2024. Sin embargo, el término “bono” de carbono es incorrecto, ya que no implica financiamiento ni endeudamiento. Es un certificado verificado por un tercero que confirma que se redujo, capturó o evitó la emisión de una tonelada de CO2 (o gas equivalente) según estándares de certificación de carbono.
Algunos ejemplos de dónde podrían reducirse, evitarse o removerse GEI y, por lo tanto, créditos de carbono, incluyen proyectos de reforestación, restauración, impedimento de la deforestación, gestión del agua, manejo de tierras en la agricultura y ganadería, energías renovables, proyectos de cogeneración de energía, proyectos de compostaje y remociones tecnológicas de carbono, entre otros (Allcot, 2024).
Actualmente, el impuesto al carbono en Colombia tiene un costo aproximado de $25.800 por tonelada de CO2 (Dian, 2024). Buscando hacer más eficiente el manejo del impuesto, las empresas pueden optar por no causar el impuesto a través de la compra de créditos de carbono, lo que podría reducir los costos por tonelada de CO2, según condiciones de mercado. Importante tener presente que, según la Ley 2277 del 2022, “la no causación del impuesto nacional al carbono no podrá exceder en ningún caso el cincuenta por ciento (50 %) del impuesto causado”.
¿Los créditos de carbono únicamente sirven para no causar el impuesto al carbono?
En Colombia, la demanda interna de créditos de carbono se incrementó por el impuesto y por compromisos corporativos voluntarios de compensación. En el mundo, las compensaciones voluntarias representan un mercado de 2 billones de dólares3, y el 60 % de las empresas según el informe Forbes 2000, considera que el uso de créditos de carbono para alcanzar sus metas de descarbonización al 2030 (Oxford, 2024)
¿Por qué tantas empresas optan por esta estrategia?
Porque es una opción de compensación que no requiere de la ejecución de un proyecto propio sino de la elección de proyectos que se alineen con los valores corporativos en materia de impacto social, ambiental y económico. Es una opción de compensación inmediata y flexible, dado que el mercado tiene disponibilidad de créditos de carbono y se ofrecen en múltiples proyectos en los sectores agro, energía, transporte, entre otros. Adicionalmente, los proyectos no solo tienen beneficios ambientales, sino también cobeneficios sociales, que generan valor compartido.
Es clave que las compañías creen su propio marco de integridad y lineamientos que guíen la compra de créditos de carbono para validar proyectos, actores y prácticas según sus valores corporativos. En el mercado, se han generado ruidos reputacionales porque hay proyectos ejecutados que no siguen altos estándares de calidad.
Las compañías constructoras pueden adquirir créditos de carbono en Colombia a través de terceros, por ejemplo, desarrolladores de proyectos o mesas de trading de clima, que tienen disponibilidad de créditos tanto para compensaciones voluntarias como para la no causación del impuesto.
Otra forma de incorporar créditos de carbono en el portafolio es invirtiendo en proyectos que los generen permitiendo la compensación de sus actividades de construcción y una potencial venta de créditos a terceros. Además, se podría considerar la integración de iniciativas de generación de estos créditos en los proyectos de construcción, por ejemplo, incluyendo planes de reforestación o restauración de ecosistemas, e incluso gestiones adecuadas de residuos que se articulen con un proyecto de cogeneración de energía.
La generación de créditos de carbono está guiada por metodologías internacionales, y es crucial evaluar la viabilidad de cada proyecto según sus particularidades. Estas son formas de incorporar los créditos de carbono en las estrategias de las compañías para cumplir con sus propias metas de descarbonización y contribuir a las metas sectoriales y nacionales, impactando positivamente la calidad de vida de su entorno en lo económico, social y ambiental.
La jerarquía de la mitigación en la descarbonización es clave
Es crucial que las estrategias de descarbonización se guíen por la jerarquía de la mitigación. Esto implica buscar cómo evitar las emisiones de GEI, es decir, cambiar patrones de consumo, realizar los mantenimientos necesarios, incorporar medidas de eficiencia energética, cambio de materiales o incorporación de tecnologías más limpias, entre otras acciones. En lo que no se pueda minimizar o reducir con las prácticas o tecnologías disponibles, los créditos de carbono son una solución de compensación para esas emisiones remanentes.
Por ejemplo, la certificación Edge establece una jerarquía clara. Para obtenerla es necesario demostrar un ahorro mínimo del 20 % en agua y energía operativa e incorporada con respecto al punto de referencia de Edge. La certificación Edge Advance requiere un ahorro mínimo del 40 %. Finalmente, para alcanzar la certificación Edge Net Zero Carbon, que considera mecanismos de compensación, como los créditos de carbono, es indispensable haber obtenido previamente la certificación Edge Advance.
Los créditos de carbono son instrumentos de compensación que hacen parte de la caja de herramientas para las estrategias de descarbonización de las empresas. Nuestra invitación es a reducir sus emisiones, compensar las inevitables, y aportar entre todos al esfuerzo global por mitigar el cambio climático.
1. El impuesto al carbono se genera en la venta, importación o
retiro de los combustibles líquidos y lo pagan los distribuidores
mayoristas. En 2023, este impuesto recaudó $ 575 mil millones
de pesos (DIAN, 2024).
2. Hoja de Ruta Nacional de Edificaciones Neto Cero Carbono
de Colombia. MinAmbiente, 2022.
3. Valor de mercado 2022. Ecosystem Market Place Insights
Report. Paying for Quality. State of the Voluntary Carbon
Markets 2023. Ecosystem MarketPlace, 2023.