Corredores Verdes: Naturaleza optimizada para transformar las ciudades

Edición 101 | Miércoles, Junio 26, 2024 - 08:54
  • Espacios como el High Line en Nueva York y los corredores verdes de Medellín, contribuyen a que las ciudades sean más amables, sostenibles y amigables con el medioambiente.

Por: María Cristina Rojas
Periodista

Hay una tarea en desarrollo que busca contrarrestar la expansión de las ciudades, el aumento de la población y la contaminación, así como la disminución de los espacios verdes y la degradación del medioambiente, en la cual los llamados corredores verdes están demostrando que es posible construir urbes sostenibles y ofrecer calidad de vida a sus habitantes.

Jack Ahern, quien es una autoridad internacional en el tema de corredores verdes, los define como “elementos lineales del paisaje, planificados o no, que permiten desempeñar múltiples usos de carácter ecológico, social, cultural y cualquier otro compatible con la sostenibilidad”. A esta definición se suma el arquitecto Luis Pardo Albarracín, quien considera que “son espacios diseñados estratégicamente para unir las zonas ambientales urbanas, dándoles escala a los sitios saludables de la ciudad y regular la temperatura o la acústica, e incluso la tranquilidad, en pro de recuperar las aguas pluviales y mejorar la biodiversidad y el paisaje”.

Hay varios corredores reconocidos. Uno de ellos es el High Line, en Nueva York, que convirtió una antigua vía férrea elevada en un parque lineal de 2,3 kilómetros, desde el cual se ven hermosos paisajes de la ciudad y se disfruta la naturaleza y el mobiliario urbano, para descansar o descubrir diseños arquitectónicos únicos de los edificios de lujo circundantes.

El Anillo Verde Ciclista de Madrid (España) es otro ejemplo de corredor verde. Tiene 64 kilómetros y rodea la ciudad, aportando a ciclistas y peatones paisajes únicos y una conexión con grandes barrios y distritos, que antes estaban separados; además, permiten acceder a más de treinta estaciones de metro, metro ligero y cercanías. El Parque lineal Cheonggyecheon en Seúl (Corea del Sur) también está en la lista; allí se rehabilitó un río urbano y se creó un parque de más de 400 hectáreas que sustituyó una autopista elevada, que permitió disminuir las emisiones y el ruido, y la temperatura en unos 3,6 grados centígrados.

“Estos proyectos transformaron sus respectivas áreas urbanas y revitalizaron comunidades, a través de la promoción de la sostenibilidad y el mejoramiento de la calidad de vida de los residentes”, resalta Angélica Ospina, directora ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS).

Ajustes a la gestión urbana

Jaime Andrés Naranjo Medina, secretario de infraestructura física de la Alcaldía de Medellín, asegura que “la forma de afrontar la gestión urbana en las principales ciudades ha variado, debido al establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas, el Plan de Acción Climática y la Declaratoria del Decenio por la Seguridad Vial, que han obligado a incluir aspectos como el rescate de la escala humana y la creación de espacios que mejoran la calidad de vida, el paisajismo y la adaptación al cambio climático”.

Agrega, el secretario de infraestructura física de la Alcaldía de Medellín que, además, tienen el valor agregado de fortalecer la conectividad ambiental de la ciudad, cambiando pisos duros por blandos y verdes, aportando una infraestructura sostenible que genera conectividad entre quebradas, cerros, parques y vías, además de mitigar el cambio climático. “Son determinantes para lograr el equilibrio entre las funciones ambientales y la ocupación urbana; incluso, con el establecimiento de estas infraestructuras verdes se aumenta la biodiversidad con las especies sembradas, y, de paso, la sensación de calor en la ciudad”.

En estos escenarios, el alto nivel de urbanización de las ciudades y las dificultades asociadas a la gestión predial, que es necesaria para la adquisición de terrenos, surgen como retos a la hora de crear y darles continuidad a los corredores.

Eric Halliday Osorio, socio fundador de H+H Arquitectos, le agrega otro reto: Los corredores verdes no deben ser usados como un término publicitario; hay que comenzar a implementar propuestas realizables, porque dibujar renders bonitos, llenos de vegetación y poner sellos representando árboles en los planos de las vías, no significa que esos árboles realmente puedan llegar a existir. Por ejemplo, en un separador de 40 centímetros entre vías de buses troncales no se puede pretender que crezca un árbol. Debemos entender que el impacto de los corredores en Colombia, como en cualquier parte del mundo, es enorme”, concluye.

Una nueva forma de vivir las ciudades en Colombia 

Según información del Banco Mundial, hoy 4.400 millones de habitantes, equivalentes al 56 % de la población mundial, vive en ciudades y esta tendencia seguirá aumentando, ya que se prevé que en el 2050 siete de cada diez personas habitarán las ciudades y esto aumentará el impacto y las causas del cambio climático. De ahí la importancia de los corredores verdes, de los cuales, afortunadamente, el país ya tiene qué mostrar.

Medellín, 30 corredores verdes. En la capital de Antioquia, en el cuatrienio 2016-2019, se construyeron 30 corredores verdes, 18 de ellos vinculados a ejes viales como San Juan, La 33, avenida El Poblado, avenida Oriental, Juan del Corral y Los Huesos, entre otros, y 12 corredores relacionados con fuentes hídricas. A partir de esta iniciativa, surgieron nuevas propuestas verdes como los pasos de fauna, muros verdes y puentes peatonales en desuso, que se convirtieron en jardines.

Jaime Andrés Naranjo Medina, secretario de infraestructura física de la Alcaldía de Medellín, considera que “los corredores verdes surgen con el propósito de proteger, restaurar y conservar los ecosistemas, y, por ende, la biodiversidad asociada a los ejes viales en el entorno urbano. De esta manera, por medio de la intervención de una infraestructura vial se puede impulsar una movilidad vehicular y peatonal sostenible integral y ecológica, capaz de potenciar los servicios ambientales del territorio, aportar a la calidad de vida de los ciudadanos y contribuir al mejoramiento del hábitat urbano. Así se ha logrado reducir la temperatura en más de dos grados centígrados”.

En Cali, revitalización en la antigua línea férrea. El Corredor Verde de Cali, que resultó de un concurso, usó el área que dejó la antigua línea férrea de la ciudad y conectó el sur y el norte, y el centro y el oriente, en un parque lineal que articula todos los sistemas naturales, de espacio público y de movilidad de la ciudad de manera transversal.

El corredor, debido a su magnitud, tuvo que dividirse en tramos de ejecución con etapas bien definidas, donde cada zona es diferente. Allí se genera una franja ambiental conectada con otras estructuras ambientales en distintos puntos, que se articula con el espacio público, los sistemas de transporte masivo y las ciclorrutas, entre otras.

“Existen muchos retos, pero primero hay que entender que por su escala, el proyecto corredor verde es una visión de ciudad, que propone la recuperación de los valores ambientales y paisajísticos, que debemos ir construyendo con pequeñas decisiones que aporten a esta visión como se ha hecho con la recuperación de la antigua licorera o el tren de cercanías”, explica el arquitecto Aldo Marcelo Hurtado, cofundador y director de proyectos de Espacio Colectivo Arquitectos, la oficina que junto a la antioquena OPUS diseñaron el Corredor Verde de Cali.

Corredor Verde de la Carrera Séptima, en Bogotá. Este corredor, considerado el más importante del borde oriental de la ciudad, no solo en términos de movilidad sino de carga histórica, tiene una longitud de 19,8 kilómetros entre las calles 24 y 200.

“A lo largo de su trazado existen variaciones importantes, como la disponibilidad de espacio físico, las características urbanas, las condiciones normativas y las necesidades de movilidad, a las que se suman actividades y diferentes usos, bienes de interés cultural y elementos de la estructura ecológica, que deben balancear, entre otras variables, las características urbanas y la movilidad a lo largo del trazado y su área de influencia”, explica el arquitecto Fernando Moscoso Gordillo, coordinador del componente de diseño urbano, urbanismo, arquitectura, paisajismo y accesibilidad de la dirección técnica de proyectos del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU).

Este corredor verde permite el acceso caminando o en bicicleta, patineta y otros vehículos de micromovilidad. Así mismo, garantiza el ingreso natural vehicular de los ciudadanos a las edificaciones ubicadas en los parámetros del corredor, sin interferir en la operación del espacio público y la seguridad y comodidad de los otros usuarios de la vía. Además, la estructura ecológica promueve la mejora en la calidad del aire, el drenaje sostenible y la salud pública. “Actualmente cuenta con estudios y diseños, y el tramo 3, que corresponde al sector comprendido entre las calles 99 y 200, se encuentra en ejecución. Los contratos de obra están en fase de preconstrucción”, concluye Moscoso.