Vivienda en 2025: un difícil comienzo
El pasado 12 de marzo se publicaron las cifras de Coordenada Urbana, el sistema de información de Camacol, correspondientes al cierre de febrero de 2025. Los indicadores líderes de la construcción de vivienda mantienen un balance negativo que, si bien es menos intenso, preocupa por su profundidad.
Si se hace énfasis en las ventas, el mercado parece haber tocado fondo a finales del 2024 y desde agosto se sostiene en torno a las 147 mil unidades acumuladas en los doce meses. La estabilización en la comercialización se ha dado vía agotamiento de la oferta, gracias a las mejores condiciones de financiación de los hogares, a través de menores tasas de interés. Desde febrero de 2024 la tasa de interés para adquirir VIS y No VIS se redujo en 297 puntos básicos (pb) y 490 pb respectivamente, a la vez que el stock disponible para la venta se ha reducido en cerca de 11 mil unidades (-6,4 %).
Se espera que durante 2025 la oferta se contraiga, lo cual se explica por el comportamiento negativo en los lanzamientos que acumularon una variación del -16,7 % en 2024 y del -4,7 % en lo corrido de 2025 (periodo enero-febrero). No obstante, es importante señalar que, a febrero del año en curso, se encuentran disponibles para la venta 159.725 viviendas nuevas, de las cuales 99.430 son VIS (62,3 %).
La producción de vivienda, un elemento que ha permitido preservar el empleo del sector, se ha mantenido en niveles altos, superando los 21 millones de metros cuadrados en proceso de construcción. Sin embargo, este indicador también empezaría un ciclo de reducción, debido a que están cayendo las iniciaciones.
En lo corrido de 2025 (enero-febrero) el número de viviendas que inició construcción se redujo 55,4 % frente a lo observado en el mismo periodo del año pasado y, dado el bajo volumen de ventas de 2023 y 2024, no se prevé que el indicador crezca en lo que resta del año.
El sector se ha venido adaptando paulatinamente al contexto económico. Sin embargo, recuperar e incrementar los niveles de obra implica mejorar los ritmos comercialización de los proyectos para impulsar un nuevo ciclo de la construcción. Esto solo es posible en un escenario de estabilidad en las reglas de la política de vivienda y seguridad para la inversión de hogares y empresarios, dos elementos que esperamos puedan recuperarse en un plazo que posiblemente vaya más allá del 2026.