Los fondos también pueden ser grandes aliados para impulsar al sector edificador de Colombia, específicamente la vivienda.

En aras de tener un mercado inmobiliario más profesionalizado, los fondos de capital privado, y, con estos, los fondos inmobiliarios, le están dado a la industria una estructura que agrega valor. Así lo advierte Juan Manuel Torres, director de Newmark Colombia, quien destaca que, “a pesar de que en algunos casos han fondeado desarrollos de construcción para la venta de vivienda, ahora se ha visto un cambio más allá de la comercialización en el corto plazo, para apostarle con más fuerza a la renta”.

De hecho, “están muy activos con un concepto que en el mundo se conoce como ‘multifamily’, que se enfoca en la vivienda para alquiler y contratos de largo plazo que, precisamente, operan los fondos; edificios operados por un solo propietario”.

Según Torres, a esto también hay que sumarle el desarrollo de proyectos industriales y logísticos, que generalmente van amarrados a un ancla o cliente, al cual se le desarrolla un área amplia y así se arranca el proyecto. “Igualmente, hay un interés de que sean de última generación, sobre todo desde la representación de los clientes o inquilinos, lo que permite ofrecerles a los internacionales espacios de calidad, sin duda, algo que se consolidará en los próximos años”, agregó el Directivo.

Sobre el tema, Andrés Pacheco, gerente General de la Constructora AEP, agregó que los vehículos de inversión como los fondos inmobiliarios han evolucionado favorablemente en Colombia. “Si uno hace un balance de los últimos diez años, a los inversionistas les ha ido muy bien, incluso, en un entorno de pandemia. De hecho, los portafolios han mostrado beneficios en la diversificación”, destacó Pacheco, quien

reconoció, de todas formas, que hay un gran desafío en este mercado. Según el Directivo, “tenemos un país disparado en urbanización; de hecho, falta más de la mitad de lo que se debe construir a futuro. Además, estamos en una transición demográfica, pues el número de personas por hogar ha bajado significativamente en tiempo al pasar de 4,6 personas a menos de 3 por hogar, lo que, definitivamente, impulsa el segmento de vivienda, y, claro, otros usos como oficinas, comercio, etc.”.

Acerca del potencial de los fondos en la vivienda social y la de estratos medio y alto, el Directivo señaló que, efectivamente, el año pasado fue récord para la vivienda, especialmente la VIS, aunque se vio una recuperación del es- trato medio (aún falta en el alto).

“Aun así, sigo pensando que hay una percepción de riesgo ampliada y eso se debe monitorear, especialmente cuando se les pide una rentabilidad más alta de la que pueden dar, pero se ha hecho una gran labor de educación para que realmente se le asigne la relación riesgo-retorno”, explicó Pacheco, quien destacó, en general, que los activos inmobiliarios se defendieron muy bien en un momento tan coyuntural como el de la pandemia.

“La vivienda lo hizo mejor que las oficinas y el comercio, y, en términos generales, el desempeño ha sido muy bueno y el sector sale fortalecido. Lo cierto es que el futuro de estos vehículos de inversión, en medio de un entorno electoral, y coyunturas mundiales como la inflación y las expectativas propias de la economía, necesitarán de un Gobierno que proyecte colaboración, reglas claras y que el marco de desarrollo público y privado per- mita que haya inversiones”, concluyó.