Para nadie es un secreto que 2023 ha sido un año retador para Colombia en materia económica. En línea con los datos de crecimiento, el mercado de vivienda nueva también ha mostrado una menor dinámica: de acuerdo con la información de Coordenada Urbana, en lo corrido del año hasta agosto, las ventas alcanzaron cerca de 87.000 unidades, es decir, se redujeron 50 % frente al registro de 2022. Algo similar ocurrió con otros indicadores como lanzamientos (-48 %) e iniciaciones (- 24 %).

En medio de este contexto es importante explorar alternativas. Una de las más interesantes es exportar vivienda, entendida como la comercialización de unidades habitacionales a no residentes en el país, ya sean colombianos o extranjeros.

Los connacionales radicados en el exterior son una comunidad numerosa, estimada en cerca de 5 millones de personas que, según lo reportado por el Banco de la República, envían al país aproximadamente 10 mil millones de dólares al año en remesas. De estos recursos, cerca de 80 % se destina a los gastos corrientes del hogar que los recibe y únicamente 3 % es utilizado en inversión de activos fijos.

El volumen de remesas recibidas por los colombianos constituye una gran oportunidad de ampliar su patrimonio y no solo para cubrir sus necesidades del día a día. El mercado de vivienda nueva está a la altura de esa oportunidad, dado que en el país existe una amplia oferta de bienes. Para agosto de 2023 se registraban alrededor de 166.000 unidades de vivienda nueva disponibles para la venta, de las cuales 61 % son viviendas de interés social (VIS).

Volvieron las ferias

En este escenario, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) llevó a cabo dos eventos internacionales con el objetivo de acercar a los colombianos radicados en Estados Unidos a la oferta de activos inmobiliarios en el país: las ferias ‘Donde vivir e invertir en Colombia’, lideradas por la regional Antioquia, que se llevaron a cabo los días 23 y 24 de septiembre, en Miami, y el 30 de septiembre y el 1.° de octubre en New Jersey.

Allí participaron más de 20 empresas, a las que se sumaron jornadas de negocios inmobiliarios y espacios en los cuales los residentes en el exterior, en este caso, de Estados Unidos, conocieron los mecanismos existentes y los servicios ofrecidos para facilitar la adquisición de una vivienda en Colombia. De esta manera, y tras el regreso presencial luego de la pandemia, el éxito de estos encuentros fortalecerá los resultados de la estrategia y tendrá efectos que trascienden su ejecución.

Extranjeros, nicho para explorar

Otro importante mercado, con alto potencial de crecimiento, se encuentra en los ciudadanos extranjeros. Colombia se ha posicionado como un destino deseable para pasar los años de retiro, gracias a variables como un costo de vida asequible, acceso a seguro médico privado costo-eficiente, la diversidad de climas, la riqueza gastronómica y la amabilidad de su gente, que hoy por hoy son ventajas competitivas del país para fomentar la llamada “silver economy”. Lo anterior con el valor agregado que significa el tipo de cambio favorable para quienes obtienen sus ingresos en divisas como libras, dólares o euros.

En este mercado Colombia compite con otros destinos como Costa Rica, México, Panamá, y Ecuador. Sin embargo, en materia de precios, ofrece una oferta amplia y competitiva. De acuerdo con una investigación de la Universidad Torcuato Di Tella de Argentina, el precio del metro cuadrado de viviendas en venta en Bogotá equivale al 36 % del precio del metro cuadrado en la ciudad más costosa, Montevideo.

Y, aunque es claro que Colombia tiene un gran potencial como país exportador de vivienda, es necesario que avance en la simplificación del proceso. Aspectos administrativos de carácter migratorio, cambiario y tributario, entre otros, pueden ser cuellos de botella para ampliar el mercado de vivienda nueva en el extranjero, sin contar con que algunos posibles compradores puedan tener uso limitado del idioma español. Por eso, desde Camacol se promueve el trabajo conjunto entre diferentes entidades para lograr mayores eficiencias en los distintos procesos. En este aspecto, la digitalización es un factor fundamental; generar mayor flexibilidad en este frente podría ser un detonador para atraer más inversión.

Como gremio, seguimos avanzando en la estrategia de ampliar la inversión en vivienda más allá de las fronteras del país. En un contexto de menor crecimiento económico e indicadores poco alentadores en materia de comercialización de vivienda, la atracción de inversión extranjera para el sector será clave tras el objetivo de impulsar la reactivación de la actividad edificadora, así como un importante aliado de la política contracíclica.