El envejecimiento poblacional redefine el futuro de las ciudades y la vivienda en Colombia
Bogotá, octubre de 2025. Durante el Congreso Colombiano de la Construcción que se lleva a cabo en Barranquilla, se puso sobre la mesa un tema estratégico para el futuro del desarrollo urbano: la adaptación de las ciudades y la vivienda al envejecimiento acelerado de la población, una realidad en América Latina, la región que más rápido envejece en el mundo y donde el 25% de la población global será mayor de 60 años en el 2100.
Sobre el tema habló César García, director de AVU México, especialista internacional en envejecimiento, economía plateada y derechos de las personas mayores en América Latina, quien subrayó que este segmento demográfico constituye un activo económico significativo.
La llamada economía plateada, es decir, el conjunto de bienes y servicios orientados a las personas mayores ya representa el 50% del PIB mundial y será uno de los motores más dinámicos en los próximos años. Sin embargo, en Colombia el sector constructor solo participa con el 4% de esa economía, lo que abre un espacio significativo para la diversificación y la innovación.
“El envejecimiento poblacional debe asumirse como una oportunidad para repensar la vivienda, la infraestructura y los servicios urbanos desde la inclusión y la innovación”, destacó García. El reto actual es cambiar la narrativa, promoviendo la “vejez vigente”, reconociendo que el 72 % de las personas mayores de 60 años son independientes cognitiva y físicamente.
El desafío de la adaptación urbana y tecnológica
La industria de la construcción tiene la tarea de poner los cimientos de las ciudades longevas. Las estadísticas actuales revelan la magnitud del desafío: el 70 % de las actuales viviendas no están adaptadas para el envejecimiento, y el parque inmobiliario existente corre el riesgo de volverse inadecuado u obsoleto.
La solución pasa por la creación de Longevity Cities (es decir, ciudades pensadas para que las personas vivan más y mejor), que deben integrar urbanismo accesible, tecnología útil (AgeTech y SilverTech), servicios de cuidado y salud preventiva; entornos intergeneracionales y amigables con la edad.
Se requiere un gerontodiseño basado en principios de accesibilidad, seguridad y tecnología significativa, con innovaciones que tienen en cuenta la trayectoria de vida y la creación de vivienda evolutiva, adaptable a cada etapa.
Apuestas sectoriales y empresariales
La conversación posterior contó con la participación de Diego Prieto, presidente del Banco Caja Social; Julián Perdomo, presidente de Constructora Bolívar; y Juan Diego Céspedes, director de Hábitat y Desarrollo Urbano de la Fundación Santo Domingo, quienes coincidieron en que el envejecimiento no es solo una tendencia demográfica, sino una transformación estructural que exige respuestas desde todos los sectores.
“El futuro de la vivienda para personas mayores no se define solo por el producto, sino por la experiencia de vida que ofrece. Es un nuevo modelo de ciudad, donde el bienestar y la interacción intergeneracional son esenciales”, afirmó Perdomo.
Desde el sector financiero, Prieto señaló que el reto está en desarrollar productos de ahorro y crédito que acompañen las distintas etapas de la vida, incluyendo alternativas para la adaptación de viviendas y proyectos de residencia asistida. “En el área financiera, es crucial el desarrollo de productos de ahorro a largo plazo e instrumentos fiduciarios para el acceso a vivienda de esta población”.
Por su parte, Céspedes resaltó la importancia de planificar ciudades longevas con servicios cercanos, accesibilidad total y conectividad digital. “No envejecemos solo en la casa, sino en la ciudad. Diseñar espacios intergeneracionales es clave para el bienestar colectivo”, puntualizó.
En conjunto, la charla y el panel reafirmaron que la longevidad es un nuevo eje de innovación urbana y social, que redefine la manera en que se planifican los territorios, se diseñan los proyectos de vivienda y se formulan las políticas públicas.

