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Q uienes han compartido con Carlos Arango Uribe coinciden en que es un gran formador y maestro, pero, sobre todo, un gran ser humano y amigo de altísimas calidades, muy amoroso con su esposa María Lorenza, y sus hijas Cristina y Susana, y un constructor de país desde todos los cargos que ha ocupado en la industria edificadora. “Para Carlos el desarrollo profesional es muy importante, y compartir su experiencia y conocimiento con muchas de las personas a su cargo es una gran generosidad”, destaca su amigo Roberto Holguín, miembro de la Junta Directiva de Constructora Bolívar, donde Carlos Arango estuvo más de cuarenta años.Lo conoció hace treinta años cuando los dos llegaron al Grupo Bolívar a áreas diferentes. “Yo estaba en Delta Bolívar, encargado del financiamiento comercial, y Carlos en la constructora. Sin embargo, donde más compartimos fue en las reuniones de sinergia que se realizaban en Santa Marta. Allí convertimos en rutina las caminatas matutinas y adoptamos a ‘Panquiaco’, un perro ‘chandoso’ que se nos atravesó y se convirtió en nuestro acompañante cada vez que visitábamos la ciudad; un día no lo volvimos a ver, pero fue un compañero fiel”. Holguín también recuerda que era en esos momentos en los cuales este antioqueño, que se caracterizaba entonces por ser una persona callada y reservada, se ‘desdoblaba’ LA COLUMNA DE CARLOS ARANGOEL SERVICIO AL PAÍS:Ético, visionario, creativo, innovador, riguroso y transparente, así definen sus colaboradores y amigos al hombre que estuvo más de 40 años al frente de Constructora Bolívar y durante más de 47 en el Grupo Bolívar. Desde el pasado mes de abril es miembro honorario de la Junta Directiva Nacional de la Cámara Colombiana de la Construcción.Foto: Constructora Bolívar22 Entrevista