Page 63 - Revista Urbana 81
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LA RUTA
DE UNA VENDEDORA
ESTRELLA
Después de dos años de trabajar como monitora de una ruta de transporte escolar,
Ligia Ávila inició su camino como promotora en el sector inmobiliario. Allí encontró
lo que realmente le apasiona, sentimiento que le dio la fuerza para recorrer
un camino difícil, pero que hoy la tiene como la vendedora estrella de Prabyc
Ingenieros. Su logro más importante: vender en tan solo 10 meses más de 1.500 61 61
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apartamentos de Vivienda de Interés Social (VIS).
en el 2008 alguien le hubiera soñaba con convertirse en una vende- cuerda con una sonrisa que el día de la
SI preguntado a Ligia Ávila en dón- dora estrella del sector inmobiliario, entrevista le preguntaron si sabía algo
de se veía 11 años después, ella no ha- pues su mayor preocupación era con- del sector inmobiliario.
bría respondido que como la encarga- seguir lo necesario para que junto con “Le dije a doña Martha que no tenía
da de vender más de 1.500 apartamen- su esposo, Jairo Alonso Arenas, pudie- ni idea sobre el tema. Pero ella me res-
tos de un megaproyecto inmobiliario ran criar y educar a su hijo de dos años pondió que fuera al proyecto, conocie-
en el occidente de Bogotá. No tenía de edad, Joseph Shaied. ra y si me gustaba, era bienvenida para
cómo imaginar ni de cerca que eso se- Fue su hermana Luz la que le ayudó a empezar el trabajo”, relata Ligia y agre-
ría lo que en realidad iba a suceder en meterse al negocio de la venta de vi- ga que los primeros meses fueron los
su vida. En ese momento llevaba dos viendas. Una conocida que trabajaba más duros de todos porque no sabía ni
años como monitora de una ruta de en los casinos de Prabyc Ingenieros, le siquiera interpretar unos planos. “Al
transporte escolar y sus días consis- contó que estaban buscando a una mes ya estaba cansada y pensaba que
tían en levantarse de lunes a viernes a persona para trabajar como promoto- no iba a poder, pero un arquitecto lla-
las cuatro de la mañana para recoger ra en un proyecto en el norte de Bogo- mado Roberto Rubio me ayudó mu-
niños, llevarlos al colegio y repetir el tá. Así fue como su hoja de vida llegó a cho. Un día fui a pedirle ayuda y él me
recorrido a las cuatro de la tarde para manos de Martha Beltrán, directora explicó cómo era un plano, dónde que-
regresarlos a sus casas. Entonces no comercial en la constructora. Ligia re- daban las puertas, las ventanas. Ese