LA CONSTRUCCIÓN NECESITA MÁS MUJERES STEM
POR: MARÍA CRISTINA ROJAS CRUZ, PERIODISTA
Todavía falta trabajar por puestos directivos femeninos en el mercado laboral, acortar brechas salariales e incentivar el liderazgo desde niñas.
STEM es el acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. De allí parte una realidad que toca al sector constructor, donde el número de mujeres en estas profesiones es bajo respecto a los hombres, ya sea porque tradicionalmente se ha creído que hay “carreras para hombres” y “carreras para mujeres”, o porque hay barreras autoimpuestas que han disminuido su participación en cargos directivos y aún evidencian una brecha salarial. Estas reflexiones volvieron a tomar fuerza el pasado 8 de marzo, durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en el cual se recordó que, aunque hay muchos terrenos ganados, también se debe seguir trabajando para fortalecer su protagonismo en todos los ámbitos de la sociedad.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a nivel global las mujeres sólo representan el 35 % de quienes estudian una carrera STEM y como investigadoras científicas hay menos del 30 % del total. “En una carrera altamente demandada en el sector constructor en Colombia como la ingeniería civil, la proporción de graduados en los últimos siete años fue de 69 % hombres, frente a 31 % de mujeres cada año. Aunque ha habido una ligera variación positiva, aún hay mucho por hacer”, explica Luis Alberto González Araújo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi).
Esto contrasta con la alta demanda de talentos STEM que hay en el mundo. Según el Foro Económico Mundial, para el 2025 sólo en el sector tecnológico y sus avances aplicables a todas las industrias y entornos se crearán 97 millones de nuevos puestos de trabajo a nivel global, que requerirán desde analítica de datos, hasta Inteligencia Artificial (IA). Esto sin contar que, para el caso de la construcción, el déficit habitacional y de infraestructura, así como el desarrollo propio del país, demandarán cientos de profesionales en carreras afines como ingeniería, ciencias y matemáticas.
“Por eso, alentar a las mujeres a ingresar a estas carreras ayuda a aprovechar a un grupo de profesionales que, de lo contrario, no sería considerado. Esto es especialmente importante en el sector constructor, donde la demanda de habilidades técnicas es alta”, explica Carolina Valbuena Bermúdez, directora del departamento de arquitectura de la Pontificia Universidad Javeriana.
Un terreno para construir el futuro
El sector constructor ha representado tradicionalmente desarrollo, innovación, progreso, transformación, generación de empleo y crecimiento económico y social. “Allí, temas como la equidad y la inclusión han entrado con fuerza, dignificando las capacidades de muchas mujeres en un entorno que ha sido tradicionalmente masculino”, señala Isabel Cristina Vásquez Roldán, gerente de planeación de Constructora Capital Bogotá, quien agrega que, por eso, “al crear oportunidades de empleo y de desarrollo profesional para ellas estamos construyendo un mejor futuro, uno con igualdad de derechos y en el que la brecha de género y salarial no exista”.
En la misma línea está Adriana Duque Pardo, ingeniera civil, coordinadora de proyectos para Colombia Build Change: “Apoyar el desarrollo de las mujeres en carreras STEM es una oportunidad de visibilizar nuestro rol y aporte a la sociedad con una visión de mundo diferente y más diversa; por eso, es necesario innovar con nuevos conceptos y entender que la equidad de género y la participación activa de la mujer STEM son urgentes y necesarias para crear un cambio”.
¿Qué se requiere?
Son variados los retos para incentivar más mujeres STEM en el sector constructor. De acuerdo con Duque, hace falta crear entornos más seguros y con oportunidades equitativas para todos. Uno de los principales inconvenientes que debe afrontar un país como Colombia es la pobreza, raíz de muchos de los problemas que tiene; además, se deben brindar oportunidades para que la población pueda acceder a estudio, salud y alimentación, que son condiciones básicas para garantizar el buen crecimiento como personas.
“Si se abren los ojos a cualquier posibilidad y sueño, las niñas y jóvenes no van a ver como imposible ser ingeniera, astronauta o matemática. Sabrán que son merecedoras de ello, lo van a ver como algo real y alcanzable, y que sí se puede soñar y lograr”, anota Duque, de Build Change.
Otro papel importante lo cumple la academia. “Más que un indicador, se debe trabajar en cerrar brechas de inequidad y desigualdad en esta área que ha creado dificultades sociales y atraso en muchos frentes. En las instituciones de educación superior se realizan múltiples acciones que van desde dar el mensaje de la importancia de la participación de mujeres en estas profesiones para una vida mejor, hasta becas y programas para ampliar el acceso”, sugiere el director ejecutivo de Acofi.
Según Carolina Valbuena Bermúdez, de la Pontificia Universidad Javeriana, la promoción interna de equidad de género e inclusión que realizan en la institución es ejemplo de ello. A esto hay que sumarles las convocatorias nacionales en diversas regiones para dar oportunidades a jóvenes, así como concursos con entidades y asociaciones público-privadas para incentivar la capacidad de atraer y retener talento.
“Sin embargo, a pesar del trabajo para la participación de ellas en programas afines en el país y el aumento de mujeres referentes en estas áreas, sigue siendo baja su participación en carreras como ingeniería electrónica e ingeniería civil, mientras que en ingeniería industrial hay más paridad”, anota Valbuena.
Duque también advierte que es clave hacer un enfoque diferencial. “Por ejemplo, una mujer embarazada va a requerir más flexibilidad en los espacios académicos que un hombre. Y en algunos campos, hoy por hoy, es algo que requiere mejoría”, sugiere.
Además, según Acofi, es necesario que la educación básica y media incentiven a las niñas por las matemáticas, las ciencias y la ingeniería, porque en gran parte las mujeres desisten a estudiar las carreras STEM por deficiencias en la formación en estas áreas y porque persisten los estereotipos que se inducen erróneamente.
Inteligencia Artificial y sostenibilidad
“Con la Inteligencia Artificial (IA) se abrirán nuevas oportunidades para las mujeres, porque con esta herramienta se pueden concebir, diseñar, implementar y operar mejor los proyectos, brindar una mayor seguridad al tener más datos para la toma de decisiones en todos los frentes, y mejor desarrollo y tecnología que garantizará mayor eficiencia”. Así lo afirma Luis Alberto González Araújo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi).
Desde las constructoras también se ve el aporte. “Utilizar esta herramienta en el sector es sumamente valioso porque contribuye a la planificación y desarrollo de proyectos, además de optimizar y facilitar algunos procesos. Es ahí donde la visión transformadora de las mujeres se fusionaría con el desarrollo de estas tecnologías, generando grandes avances tanto para el sector, como para la industria”, sugiere Isabel Cristina Vásquez Roldán, gerente de planeación de la Constructora Capital Bogotá.
Mujeres y cambio climático
Las mujeres STEM también abren las puertas a la participación a través del ejemplo cuando se trata de la construcción de vivienda segura, saludable y sostenible.
Según Adriana Duque Pardo, ingeniera civil, coordinadora de proyectos para Colombia Build Change, “es muy importante crear lideresas en el sector de la construcción que empiecen a demandar una vivienda digna, segura ante eventos naturales y adaptada para resistir los choques del cambio climático, pero de ellas también se necesita, a lo largo de toda la cadena de valor, fortalecer la vivienda y enfocarla de acuerdo con las necesidades de los hogares, las comunidades y las generaciones venideras”, concluye.