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accesible para quien hereda, gana mucho, o tiene “palanca”.Es ahí, cuando ellos tienen dudas y frenan la decisión de compra, donde los actores del sector –constructores, gremios, banca y Estado, entre otros– tenemos la responsabilidad inaplazable de romper mitos, facilitar el acceso y diseñar productos que respondan a su realidad.Para guiar a los potenciales compradores a cumplir ese propósito, traigo a colación una máxima que dice que el mundo se mueve por dos grandes fuerzas: el miedo y el amor. Y si lo piensas bien, es cierto. Cada decisión que tomamos –grande o pequeña– nace de uno de estos dos motores. Te levantas cada mañana a trabajar ¿porque amas lo que haces? o ¿porque te da miedo no poder pagar mes a mes por algo que nunca será tuyo? Este temor lo sienten muchos colombianos que viven en arriendo. Sin embargo, hay quienes creen que este es un tema que no les preocupa a los jóvenes, porque consideran que, a los 20 años, la casa propia no es lo urgente, sino bailar, enamorarse, estudiar, viajar y vivir el presente. La vivienda aparece como una meta “de grandes”, un compromiso lejano y abrumador. ¿Y sabes qué? Tal vez sí lo sea. Pero eso no significa que no les interese, ni que no la necesiten. El problema es que muy pocos les hablan con claridad, con empatía. No les están mostrando que, desde su juventud, tienen ventajas poderosas: ingresos en crecimiento, pocos compromisos financieros, y tiempo a su favor. Solo necesitan información, motivación y un camino visible que seguir. Y eso, es el camino que recorren a través de ‘Construyéndote con vivienda propia’. No pretendo satanizar el arriendo, lo que quiero mostrar es que esa no es la única opción. Señores constructores: No se trata solo de diseñar productos que vayan acuerdo a sus necesidades y personalidades. El verdadero reto está en facilitarles a los jóvenes el acceso, y por facilidades, no me refiero solo a beneficios económicos, sino a que sumemos esfuerzos para informarles todas las ventajas que hay a su disposición, las alternativas que tienen y lo que puede significar acceder a una vivienda propia. La educación financiera, la orientación y enseñarles a perder el miedo es fundamental. Yo soy joven y estoy convencida de que comprar una vivienda no es solo alcanzar una meta económica… es tener dignidad. COMPRAR UNA CASA O UN APARTAMENTO NO ES SOLO ALCANZAR UNA META ECONÓMICA. ES GARANTIZAR TRANQUILIDAD Y, A TRAVÉS DE ESE PATRIMONIO, CREAR UNA RED DE SEGURIDAD PARA LA FAMILIA.Foto: Adobe Stock71